SERMON DE GALLO PARA LA MEMORIA
SERMON DE GALLO PARA LA MEMORIA Miguel Oviedo Risueño En la cima del campanario de la iglesia de nuestra señora del Pilar de Aldana, quedaba la cornisa más alta del pueblo, donde se encontraba doña Conchi Quis Cualtud, de pie, a 12 metros del suelo. Suficiente para quitarle la vida a cualquiera. Por eso, el párroco Vicente Gallo rezaba junto a todos sus feligreses para que se produjese un milagro… y para ellos así ocurrió. Conchi, al mirar hacia abajo y encontrarse con toda la muchedumbre, se distrajo, cerró los ojos por unos segundos, luego los abrió, miró otra vez a su alrededor y se quedó profundamente perpleja: no tenía ni la menor idea de por qué estaba parada ahí. Ese fue su primer síntoma de “no sé qué” enfermedad de olvido padecía, y más tratándose de una mujer que no superaba los 35 años de edad, y mucho menos aún si hablamos de un poblado olvidado al sur de Colombia y con apenas 800 habitantes en el casco urbano. Los vecinos se arremo...