CUERPOS MOJADOS
CUERPOS MOJADOS Por: Miguel Oviedo Risueño “El pasado mes de marzo el agua cayó tanto que cuando desperté, pensé: ¡Llovió toda mi infancia! Como en el “poema invierno” (Jotamario Arbeláez – El profeta en su Casa- paños menores 1988). Los hombres y mujeres del barrio aleteaban entre los alambres descolgando la ropa. Y achicando hacia la calle el agua que entraba a los cuartos. Acompasábamos con música de olla y bacinillas las goteras del techo, que vaciábamos al sifón cuando se desbordaban. Andábamos descalzos arremangados los pantalones. Mi vecina del tercer piso volaba con un plástico hacia la sala para cubrir la nueva enciclopedia ilustrada. Atravesando los tejados de luz a la sombra del palo de agua, la vi inclinarse y la transparencia de su camiseta mojada me mostró lo que a diario imaginaba cuando la veía caminar con su jean apretado, cruzar junto a la ven...