EPISODIOS DE NARIÑO


EL EPISODIO DE CHAPAL
                                   Por: Miguel Alfredo Oviedo Risueño

Este artículo describe el por qué el día 13 de octubre de 1809, los quiteños iniciaron una ofensiva militar contra la ciudad de Pasto  y se enfrentaron en el punto conocido como Chapal de Funes, donde fueron vencidos por el recientemente formado ejército pastuso. Este enfrentamiento se considera como el primer conflicto militar en Hispanoamérica, en la época de la independencia.

San Juan de Pasto es una ciudad de Colombia, capital del departamento de Nariño, además de ser la cabecera del municipio de Pasto. La ciudad ha sido centro administrativo cultural y religioso de la región desde la época de la colonia. Es también conocida como Ciudad sorpresa de Colombia
Como capital departamental, alberga las sedes de la Gobernación de Nariño, la Asamblea Departamental, el Tribunal del Distrito Judicial, la Fiscalía General, y en general sedes de instituciones de los organismos del Estado.
Chapal de Funes El 6 de noviembre de 1808, el Cabildo de Pasto convoca a todo el pueblo a la plaza principal para jurar y reconocer como único rey a Fernando VII, tal cual lo hicieron las demás ciudades que estaban bajo la corona española. Ocho días después, concretamente el 15 de noviembre de 1808, el Cabildo de Pasto declara la guerra a Francia acogiendo el mandato de la Junta Suprema de Sevilla en España, proclamando que: “Fernando VII, rey de España y de las Indias y en su nombre la Suprema Junta de ambos... declaramos la guerra a Napoleón y a la Francia, mientras esté bajo su dominación”.

Estando en esta incertidumbre de no saber a ciencia cierta que había pasado en España y por consiguiente cual sería la suerte de estas tierras y su gente, llega a Pasto el 16 de agosto de 1809, una comunicación que suscribe desde Túquerres el presbítero Juan de Santacruz, hermano de Don Tomás, uno de los más destacados y connotados dirigentes de la ciudad, donde le cuentan sobre la llegada a su parroquia de un personaje proveniente de Quito y según le ha dicho disque hubo un movimiento insurreccional el pasado 10 de agosto en esa ciudad, que depuso de su cargo al Presidente de la Real Audiencia de Quito, don Manuel Urriez, conde Ruiz de Castilla, de igual manera a los magistrados de la capital y sus provincias, para lo cual han integrado una “Junta Suprema que gobierne interinamente la Presidencia a nombre y como representante de Fernando VII”, según reza su publica declaración. Ignacio Tenorio, es el informante de las preocupantes noticias de Quito, quien exagerando los acontecimientos planteó dramáticas situaciones de hechos no ocurridos en esa ciudad, donde de acuerdo con este personaje, los quiteños estaban viviendo en esos días los peores de su historia.

La carta de su hermano Juan el presbítero de Túquerres, alarmó a don Tomás de Santacruz, más aún cuando en la tarde de aquel día 16 de agosto, llega una comunicación suscrita por la famosa Junta Suprema de Quito donde confirman la destitución del presidente de la Real Audiencia, la de los Magistrados y prácticamente el desconocimiento de la Junta Suprema de Sevilla a quien los pueblos de América, dependientes de la corona española habían jurado respaldar en tanto este preso Fernando VII.

Es lo cierto que el movimiento del 10 de agosto de 1809 de Quito, no tuvo el ingrediente popular que debe tener toda insurgencia, éste fue aristocrático, de las altas élites, de las grandes familias,  así se deduce de quienes ocupan los más altos cargos en su dirección.

Al no contar con un autentico respaldo popular, la Junta Suprema de Quito luego de fracasar epistolarmente con las gentes de Pasto, decide emprender una campaña militar al mando de los coroneles Francisco Javier Ascazubi y don Manuel Zambrano y Monteserín a fin de someter militarmente a Pasto. Son cerca de 1.500 hombres armados los que logra reunir con este objeto, para atacar a una ciudad que no tenía un ejército regular, que escasamente conocía lo que era un contingente armado, que únicamente contaba con herramientas de trabajo, el pico, la pala, el azadón, para poder defenderse de las agresiones de que fuera objeto.

Sin que exista un comunicado informando a Pasto de la decisión de atacarla por parte de la Junta Suprema quiteña, las gentes y las autoridades de la ciudad fueron conociendo del desplazamiento armado que venía hacia Pasto, gracias a informantes que llegaban a la ciudad, en tal razón se prepararon con lo que tenían a mano y en espera de cuanto pudiera ayudar el Gobernador, don Miguel Tacón desde Popayán. 

El 16 de septiembre de 1809, el Cabildo de Pasto convocó al vecindario en la plaza mayor por intermedio de Pedro Pascual Aramburu y Matías Ramos, alcaldes ordinarios, para que se “presenten todos los que no estuvieren filiados ni agregados a las antecedentes compañías al medio de la plaza para que sean alistados. Y se somete la asistencia a la formación de cartuchos a don Domingo Rovi,  y la custodia de la pólvora y plomos a don Manuel Sañudo.”

Pasto tenía para aquel entonces la gran ventaja de su posición geográfica a estar encajonada por los límites de tres grandes barreras o murallas naturales que la hacían infranqueable si no se pasaba por determinados y exclusivos sitios dispuestos sobre el río Güaitara o el Juanambú, por cuanto el paso por el Angasmayo era un imposible y lo es hasta ahora.

Como el ataque venia del sur, se desplazó personal de artesanos, indígenas, labriegos y gente del común de Pasto, para cubrir los pasos donde existía puente o tarabita sobre el río Güaitara. El de Funes lo defendería el Capitán Miguel Nieto Polo; el puente real (Tacuya), estaría protegido por los Capitanes Francisco Gregorio de Angulo y Blas de la Villota, y el paso de Veracruz por el Capitán Ramón Zambrano. Al hablar de rangos militares téngase en cuenta que éstos fueron puestos sin que se tenga experiencia militar, se dieron por el respeto y el carácter que estas personas representaban para las gentes de Pasto.

Ante el incumplimiento de los refuerzos que había prometido Miguel Tacón des de Popayán, y su propia presencia en el combate, sabiendo que los quiteños estaban avanzando hacia el sector del Güaitara, hubo un desplazamiento masivo de la población que estaba en capacidad de poder luchar, y así se hizo, disponiendo la gente en el sector de Chapal de Funes.
El día 13 de octubre de 1809, los quiteños estaban frente a este sitio, río Güaitara de por medio, en espera de más refuerzos. Las gentes del improvisado ejército de Pasto, esperaron también hasta cuando observaron que los quiteños no se atrevían a cruzar la tarabita ni el río, por el contrario, estaban levantando su campamento, ante lo cual se dio la orden el día 16 de octubre para que se pasen a nado o como a bien se pudiese, a fin de confrontar fuerzas con los quiteños. Cuando estos menos los pensaron estaban completamente rodeados por la improvisada tropa de pastusos que los obligó a levantar una bandera blanca en señal de rendición, situación que llevó a Don Juan María de la Villota a prevenirles que rindiesen sus armas, siendo alevemente recibido con el fuego de tres cañonazos que afortunadamente no dieron en el blanco.  El informe oficial dice que 107 varones fue el número de prisioneros quiteños que dejó el combate, además de 8 mujeres y 2 pequeños.

Recuperadas las armas que los prisioneros entregaron sin mayor inconveniente, algunos huyeron y otros fueron traídos a la ciudad para luego remitirlos a Popayán, por cuanto para Pasto y su gente era todo un embrollo tener un alto número de prisioneros.

Así termina el que se considera como el primer conflicto militar en Hispanoamérica, en la época de la independencia, para algunos historiadores, sin que sea esto cierto por cuanto para aquel entonces los quiteños no estaban peleando por la independencia absoluta de España al reconocer al “augusto monarca el Señor Fernando VII” como su rey .

El desastre militar presentado en Chapal de Funes, fue definitivo para la capitulación el día 28 de octubre de 1809, de la Junta Suprema de Quito, ante José Guerrero, conde de Selva Florida.

Cuando todo ya había pasado, Miguel Tacón llega a Pasto donde es recibido con grandes congratulaciones por parte del Cabildo y altas autoridades, menos por el pueblo, que recibió sin apremios, con frialdad a quien se había comprometido a estar presente en la contienda de Funes y no lo hizo. 


 SAN JUAN DE PASTO  ESCUDO DE ARMAS

El escudo de San Juan de Pasto reposa en el archivo del Duque de Alba, en Madrid España, fue otorgado el 17 de junio de 1559.

Consta de:
1.- CASTILLO DE PLATA. La figura que se destaca en el centro superior, simbolo de realeza y elevacion, siendo heraldico, consta de tres torres.
2.- Cuatro leones, simbolo de Majestad, soberanioa y autoridad. En actitud de vigilancia dos a cada lado
3.- AGUA. Que debajo de dicho castillo salga un rio con aguas azules y blancas. Proclama la vbirtud y la inocensia de su pueblo
4.- ARBOLES. Simbolizan el verde del laurel.
5.- LA ORLA. Y arboles, y Castillo y Rio sobre un campo amarillo


BANDERA


Diseñada por el Dr. Ignacio Rodríguez Guerrero el pabellón está conformado por tres colores así:
Faja al centro azur (azul) de ultramar, dos bandas en gules (rojo) bermellón y un triángulo color oro (amarillo), en proporción de un tercio de largo de la bandera.

La bandera es un cuadrilátero de 1.35 metros por 1.10 metros, y debe ir izada en un mástil de 2.50 metros de longitud.

Significado de los Colores:
·   Azul: en faja al centro, significa celo, justicia, belleza y las virtudes de la serenidad y lealtad del pueblo Pastuso.
·   Rojo: que va en las dos bandas paralelas significa el atrevimiento, alteza, fortaleza, guerra y coraje de los hombres y mujeres nacidos en Pasto.
·   Amarillo: va en el campo triangular sobre el cual debe ir el escudo de armas de la ciudad, es símbolo de luz, poder, constancia sabiduría y nobleza.


HIMNO A SAN JUAN DE PASTO
Bravo pueblo de invicta coraza,
luz interna de pétreo fanal 
El ciclópeo fortín de la raza 
se hace escudo en tu diestra triunfal. 

Cuatro siglos de greda y de gloria
hierro y bronce torturan su sien 
en un mármol perenne, la historia
talla el Santo, y el Héroe también. 

El acero y la Fe del Hispano 
se confunden en vivo crisol 
y fecundan el surco y el grano 
bajo el beso aborigen del sol. 

La nutricia lección de las venas 
en la sangre da forma a la Ley: 
En la forja imperial las cadenas 
pesan menos si el pueblo es el Rey. 

El castillo se aduerme en el Valle 
Lo vigila un rampante león 
que su cólera augusta no estalle: 
Como fiera se agita el perdón. 

En la noche de ignoto sendero, 
sus bajales orienta la luz. 
Se eterniza en la selva un lucero 
con los brazos abiertos en cruz. 

En la hoguera de trágico rito, 
donde vibran tormenta y clarín, 
majestuosa se yergue en granito 
la desnuda altivez de Agustín. 

Junto al cráter el Prócer un día, 
Sella pactos con la inmensidad: 
Contra toda quietud, rebeldía; 
contra toda opresión, libertad. 

Santifica su entraña el abismo 
con el cardo del mártir... Después 
se destaca un feral cataclismo 
al empuje viril de la mies. 

Pasa el Cóndor, Olímpico alarde 
magnífica al insomne Adalid. 
Un blasón abroqueta esta tarde: 
La nobleza se mide en la lid. 

Roto el cetro, la abrupta frontera 
hunde en Pasto su firme sillar. 
Cuando piafa el corcel de Barrera 
hay un grito en la cumbre: iTriunfar! 

Pueblo grande! Tu herencia de lauros 
ya retoña en esteva y laúd 
Tras el trote de viejos Centauros 
brota el tronco de añeja virtud. 

En el libro, en el ara, en el arte, 
se troqueta tu homérica Paz: 
En el limo del áureo baluarte 
melifica la vid de la Paz... 

Vencedor del ayer prepotente, 
hoy cultivas tus sueños, feliz. 
El volcán enguirnalda tu frente 
con claveles y rosas de Atriz. 

Millonaria de dones tu casta 
va dejando las huellas en pos. 
Triple símbolo fulge en el asta: 
Una patria, un destino y un Dios.
Letra: ALBERTO QUIJANO GUERRERO 
Música: Luwin Mazuera




No existe unanimidad y certeza entre los historiadores y cronistas sobre el fundador y la fecha exacta de fundación de la ciudad que inicialmente se llamó Villaviciosa de la Concepción de la Provincia de Hatunllanta.3 La ciudad fue fundada dos veces. La primera fundación algunos historiadores consideran fue realizada por el adelantado Sebastián de Belalcazar en 1537 y en el sitio que hoy es ocupado por la población de Yacuanquer; el traslado posterior a su situación actual en el valle de Atriz, o segunda fundación, la llevó a cabo Lorenzo de Aldana cuando llegó a  pacificar la región en 1539.4 5 Otros historiadores mencionan a Pedro de Puelles como el fundador6 que fue el primer teniente de gobernador de la ciudad y se menciona también al capitán Rodrigo de Ocampo, así como al Capitán Gonzalo Díaz de Pineda.
Aunque el historiador Emiliano Díaz del Castillo menciona que el poblamiento se llevó a cabo entre el 20 de febrero y el 16 de marzo de 1537 y "fundación" fue el 19 de agosto de 1537, el Concejo Municipal de Pasto, por razones prácticas, ante la proximidad de la conmemoración de cuarto centenario de fundación, mediante Acuerdo No. 30 del 23 de agosto de 1938 resolvió aceptar el 24 de junio de cada año, día de San Juan Bautista santo patrono de la ciudad, como fecha oficial de la conmemoración.
Ya situada en el Valle de Atriz, en Valladolid (España) el día 17 de junio de 1559, le fueron concedidos a Pasto el escudo de armas, en dos cédulas reales distintas firmadas por la princesa Doña Juana, hermana del rey Don Felipe II y el cual consta de un castillo de plata y a los lados cuatro leones de oro, debajo de dicho castillo sale un río de aguas azules y blancas que atraviesa entre árboles verdes, un campo amarillo y suelo verde y el nombre de ciudad como San Juan de Pasto que sigue siendo el oficial.
Durante las guerras de la independencia adoptó la causa realista bajo el liderazgo de Agustín Agualongo y Estanislao Merchancano por lo cual, una vez obtenida la independencia de España y sumado a su situación geográfica, se mantuvo aislada configurándose una actitud conservadora, tradicionalista y de ensimismamiento cultural con respecto al resto del país.
En diciembre de 1822, durante las llamadas campañas del Sur, en el episodio conocido como Navidad trágica, el batallón Rifles bajo el mando de Antonio José de Sucre y por órdenes de Simón Bolívar, asaltan a la ciudad el 24 de diciembre y cometieron todo tipo de excesos asesinando a más de cuatrocientos civiles, entre mujeres, ancianos y niños, y reclutando por la fuerza a mil trescientos hombres. Además, se dió la orden de ejecutar secretamente a catorce ilustres personajes de la ciudad, estos fueron atados por la espalda y arrojados por un precipicio al río Guaítara.
En el siglo XIX, durante una de las guerras civiles que caracterizaron esa época de la historia colombiana, en 1861 la ciudad fue por seis meses capital provisional de Colombia por decisión de un caudillo conservador, el general Leonardo Canal González, quien pretendió enfrentar desde esta ciudad convertida en cuartel y símbolo de la resistencia contra los liberales radicales, al caudillo liberal Tomás Cipriano de Mosquera.3
En 1904 con la creación del departamento de Nariño, la ciudad es nombrada su capital.
En 1944, mientras el Presidente Alfonso López Pumarejo se encontraba en la ciudad para presenciar una parada militar, el coronel Diógenes Gil, comandante de la VII Brigada del ejército, lo tomó prisionero en la madrugada de día 10 de julio como parte de la intentona de golpe de estado conocida como Golpe de Pasto. La insurrección militar fracasó en menos de 48 horas, y al día siguiente el Presidente López emprendió el regreso a la capital, vía Ipiales, para retomar el mando.9






Bibliografía

1.       Pérez Silva, Vicente. San Juan de Pasto, antecedentes históricos. Revista Credencial Historia, Edición 226, octubre de 2008. Biblioteca Virtual del Banco de la República[1]. Consultado el 12 de septiembre de 2009
2.       Díaz del Castillo, Emiliano. San Juan de Pasto: siglo XVI. Fondo Cultural Cafetero, Bogotá, 1987. ISBN 958-9144-10-1, 9789589144107
3.       Torres, Mauro. Boletín de historia y antigüedades de la Academia Colombiana de Historia, Volumen 71, Números 744-745. Imprenta nacional,1984
4.       Moreno Ruiz, Encarnación. Noticias sobre los primeros asentamientos españoles en el sur de Colombia. Revista española de antropología americana, ISSN 0556-6533, Nº 6, 1971, pags. 423-440. [2]
5.       Bastidas Urresty, Édgar. Las guerras de Pasto. Colección Bicentenarios de América Latina. Editado por Fundación para la Investigación y la Cultura- FICA. Bogotá 2010. ISBN 978-958-9480-34-
6.       Pérez Silva, Vicente. El golpe de Pasto. Julio 10 de 1944. Revista Credencial. 2005-06-23. Biblioteca Virtual del Banco de la República[3]Consultado el 12 de septiembre de 2009
7.       listado de corregimientos en el portal de Internet de la alcaldía municipal de Pasto[4] Consultado el 29 de enero de 2010
8.      Miguel Oviedo Risueño. El episodio de Chapal. Historia consultada
9.       Ministerio de Cultura de Colombia. Resolución Número 0789 de Julio 31 de 1998 "por la cual se declara como bien de interés cultural de carácter nacional algunos inmuebles localizados en Popayán - Cauca - Ráquira - Inspección La Candelaria y Santa Sofía - Boyacá, Bugalagrande - Corregimiento de El Overo, Cartago - Valle del Cauca y Pasto - Nariño.
10.   Muñoz, Lydia Inés. Manual historia de Pasto, Volumen 7. Manual historia de Pasto. Editor Academia Nariñense de Historia, 1996. ISBN 958-33-3584-3, 9789583335846

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