PASEO DE MUERTE POR EL SUR



SAN JUAN DE PASTO
(1559)

El día 17 de junio de 1559, le fueron concedidos los títulos de ciudad a San Juan de Pasto y otorgado el escudo de armas, en dos cédulas reales distintas firmadas en Valladolid por la princesa Doña Juana, hermana del rey Don Felipe II y el cual consta de un castillo de plata y a los lados cuatro leones de oro, debajo de dicho castillo sale un río de aguas azules y blancas que atraviesa entre árboles verdes, un campo amarillo y suelo verde.
BOLÍVAR PASEO EN EL SUR
(AÑO  1822)
Hoy la dignidad se aprecia o se modifica, dependiendo de cuan buen o  malo sea el punto de vista, o la óptica de quien juzga; pasaba lo mismo o igual en los tiempos del libertador Simón Bolívar, quien en su paseo por el sur, nuestro sur, dejo harto que hablar y que juzgar, permítanme recordar esos tiempos. La alianza de dos clases el clero y la Corona en Pasto, ocupa un lugar destacado en la época libertaria por las implicaciones de orden social, económico, religioso y político que tuvo en las guerras de Pasto, y que explican su posición contraria a la independencia y la república. 
En defensa de sus privilegios, los criollos del sur partidarios del Rey se aliaron al clero y a los propietarios españoles y a la política de protección del Imperio. Eran razones y móviles de carácter temporal y también de valor religioso.
Los pueblos indígenas se habían beneficiado de la protección de los resguardos, del pago de bajos tributos. La supresión de este sistema de organización social, de preservación de la propiedad de la tierra y de las costumbres, en 1810 en el período de la "Patria Boba", motivó e impulsó a las sociedades indígenas a la rebelión, a los levantamientos armados, como el de los Comuneros, al apoyo a la Monarquía, etc.
Bomboná,  de dulce estancia a nombre de batalla
Se considera esta batalla como la más sangrienta de la Independencia por las grandes e irreparables pérdidas que ocasionó a los contendientes, especialmente en las filas patriotas. El coronel Basilio García y sus tropas no lograron llegar a Quito para auxiliar a Aymerich lo que quizás hubiera cambiado el resultado de la decisiva batalla de Pichincha. 
Amarga navidad
Es condenable la inhumanidad y los excesos cometidos por Sucre en el sur y con el pueblo de Pasto, su oficialidad y sus tropas el 24 de diciembre de 1822 contra la población civil en violación de un armisticio firmado por el propio Sucre en 1620 para regular la guerra. 
  • “Uno quisiera borrar de las fiestas históricas de este libro, la de hoy, llamada por los historiadores Navidad Trágica. Y quisiera también cubrir con un velo el incomprensible proceder del “Inmaculado Sucre” que manchó su vida limpia en esos días navideños; cuando resuelto a reducir a escombros la ciudad de Pasto, permitió que la soldadesca republicana cometiera los más inauditos atropellos en calles, templos y viviendas. No se escaparon ni los ancianos, ni las mujeres, ni los niños. Los bárbaros soldados como los de Herodes, anegaron en sangre y en llanto la ciudad”.
La matanza duró 36 horas en Pasto y luego continuó en los campos vecinos. Los villancicos se cambiaron por responsos, los alegres repiques de las campanas por dobles fúnebres; no hubo aguinaldos, ni luces de colores, ni traslados del Niño, ni sonrisas infantiles. Todo fue llanto, muerte y desolación. Especialmente el Batallón Rifles y el Coronel Benito Boves, el ave negra de Pasto, son nombres de ingrata recordación. Boves responsable de la defensa de la ciudad, huyó cobardemente hacia el Putumayo, y los soldados del Rifles procedieron con tanta crueldad, que parecía que el demonio se hubiera encarnado en ellos.
En el libro del historiador José Rafael Sañudo, dice sobre el mismo tema:
·         “Al día siguiente cuatrocientos cadáveres de los desgraciados pastusos, hombres y mujeres abandonados en las calles y campos aledaños a la población, con los grandes ojos serenamente abiertos hacia el cielo, parecían escuchar absortos el Pax Hominibus, que ese día del nacimiento de Jesús, entonan los sacerdotes en los ritos de Navidad”.
Agualongo y su rebeldía
Agualongo se lo recuerda por su rebeldía y lucha indomables, en defensa del rey español, peleaba por los derechos de los indígenas, hasta su derrota ante Bolívar en Ibarra en un combate desigual, suicida; su enfrentamiento con Mosquera en Barbacoas donde quedó seriamente diezmado; su detención por Obando y su fusilamiento final ante la negativa de abjurar e incorporarse a la causa republicana, trayectoria que le da la categoría de héroe.  Pero todo bajo las ordenes de Simón Bolívar; si Agualongo nació en Pasto en medio de la pobreza y rodeado de su raza, noble e indígena, nuestro libertador nació en Caracas, Venezuela, el 24 de julio de 1783 y murió en Santa Marta, Colombia, el 17 de diciembre de 1830.
Nació como cualquier niño rico de la época, en una espaciosa mansión heredada por su padre, entre las esquinas de Traposos y San Jacinto, en Caracas y, se paseo por el sur dejando sus huellas de libertad y muerte.


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