CORTE DE PLUMA





"CORTE DE PLUMA"
Huellas en la arena      Por:  Miguel Oviedo Risueño

Una palabra como amor,  bajo el peso insoportable de nuestra literatura y no literatura, se compadece de nuestro humano pensamiento. ¿Pues no es el amor un sentimiento que arrasa, abrasa, abruma, emborracha, anega, destroza, redime, nos eleva al firmamento o nos arrastra a las zonas abismales donde el sufrimiento ya no puede ser dicho?





PROLOGO

Una palabra como amor, bajo el peso insoportable de nuestra literatura y no literatura, se compadece de nuestro humano pensamiento. ¿Pues no es el amor un sentimiento que arrasa, abrasa, abruma, emborracha, anega, destroza, redime, nos eleva al firmamento o nos arrastra a las zonas abismales donde el sufrimiento ya no puede ser dicho? Si el amor es verdaderamente amor, ¿cómo puede, entonces, ser humano? o sea: lineal o transformarse en sentimiento, circunstancial, pegado a uno mismo. Cierto que se vuelve verso para expresarse, y utiliza palabras simples o es parte de las simples cosas, se viste de exageraciones. Quien lo vivió lo sabe. Cuando éramos adolescentes prometimos muchas veces, y a receptores distintos, un amor eterno que, al cabo de los días, descubrimos que sólo nos había durado hasta el viernes, o hasta finalizar las fiestas, o hasta el siguiente amor eterno, sólo que entonces no lo sabíamos. “Aquí en Corte de Pluma, Huellas en la Arena”, escribo con la punta del zapato. A la hora de abrazarte y dar la vuelta, volveré solo por el camino / Regado de tus huellas, ¡no voy a recordarte!”.  Parecería que llevo la contraria a la habitual forma del amor. Estas palabras son un sentimiento que se multiplica cuando se divide; o, más claramente, que se agranda cuando se reparte.
He aquí un libro de amores pequeños: “Mordiendo tus labios en tiempo de viento y almizcle/ Voy a ti, desemboco en ti”; o de los que crecieron a las orillas de ese otro amor. Tonta, déjate soñar/ Te hablé de mares, y costas, y me anclaste a tu vientre./ Te hablé de una orilla nueva, e  indómita por conquistar/ Y plegaste mis velas al mástil de tu cuerpo”.
En este libro se reúnen dos aspectos primordiales, el, “corte de pluma”; meramente encaminado a escribir, con la luz del entendimiento didáctico y, “huellas en la  arena”, sueño fantasía, ya dilatada en versos, que han tocado numerosas cuerdas, que nos traen recuerdos... En este nuevo libro dejo constancia de una vida versátil y de una poética que se pone al servicio de historias menudas. En “usted” poema de historia vivida y que refleja lo dicho: Y aunque ahora sea de noche/ Y no amanezca todavía/ Y aunque no huela a flores ni a café/ Nunca deje de ser, usted”.
Sentimientos verdaderos aunque sin el empaque de las pasiones, pero lleno de la emoción, que nos permite, dar el “corte de pluma”, ver lo humano del poeta; un hombre de carne y hueso dedicado a convertir la vida en verso. A dejar “huellas en la arena”, como si el amor de verdad sólo pudiera salvarse de esa anegación poniéndose en el rincón en que se hacinan los enseres inservibles y las vivencias. Presento estos versos con el fraseo sucesivo en que el poema se desarrolla, la imaginación en que se traducen las emociones, de estos fragmentos de una vida en la que resulta fácil reconocerse.
                                                                                  El Autor


HUELLAS EN LA  ARENA


Huellas en la arena
Miguel Oviedo Risueño


Tus pies se dibujan en la arena y se alejan
Huellas  que se van, me recuerdan que te bese por última vez
¡Y no voy  a sentir pena!
A la hora de abrazarte y dar la vuelta, volveré solo por el camino
Regado de tus huellas, ¡no voy a recordarte!.
¿Crees que la arena del desierto de frutos?,
Todo lo que en vida tenía para entregarte
Y más, un jardín de besos y caricias en pleno invierno.
Después de llenar una vida de tu presencia infinita y volverme tan tuyo.
Después de habernos gastado los labios de tanto amor
Y llenarnos la piel de llagas cansados de tanto amarnos.
Si después de todo eso, aun agotando el recurso de rogarte
No puedo tenerte encadenada a mis manos, ni tu cintura encadenada a mi alma.
Si después de todo eso decides irte y caminar sola hundiendo en el olvido las huellas del recuerdo.
Si después de mi tu razón decide marchar.
Entonces no voy a llorar, no sentiré pena alguna ni dolor en mi cuerpo.
Me quedare solo aquí conmigo, sin sentir dolor, sin recordarte,
Sin extrañar tú presencia a mi lado y asombrarme del vacío junto a mi cuerpo en una cama de sabanas revueltas.
Me sabré feliz, podré sonreír y seguir viviendo conmigo.
 

Mordiendo tus labios en tiempo de viento y almizcle
 
El almizcle de tu pasión
En mis labios, los dos
Yo y tu boca
Eternidad del alma, dulce remanso
Mi cuerpo y tú
Quiero tu boca, quiero tu cuerpo
Tu corazón vivo, latido imperioso
Tu boca, esa que te pertenece
El centro de tu rostro, 
Tu boca entre el interminable movimiento de la vida
Mordiendo tus labios en tiempo de viento y almizcle
Voy a ti, desemboco en ti
La boca tuya, 
El cuerpo tuyo, 
Nosotros, los dos
Sonido de eternidad
Tu boca, la mía, tú
Porque conoces mi ser,
Eres en ti misma iluminada.
Quien me hizo sentir ¿mi primer latido?.
 

La línea del tiempo atrapo dos almas
 
Sabes que siento… ¿Sabes?
Siento que mi alma desea ir atrapar la tuya,
Al calor de la magia
Para darte mil suspiros de eternidad...
La magia que nos brinda valor
Que hace de nuestras almas una.
El calor es magia y,
La línea del tiempo atrapo dos almas,
Bajo el sol, bajo el calor,  hoy miremos por la venta, ojos, magia
Dejando inmortalizada su esencia
Es mágico mirarte, verte, bajo el calor del sol, existir
Y despertar...cuando sienta la magia pura
Magia de Amor...
Como por arte de magia, entremos con valor
Sentiremos un flechazo de hechizo enamorado,
Conjurados por los Dioses de los sueños...
Para darte valor necesito magia
Renaciendo en eras del tiempo
Para alumbrar los cielos.
Usemos la que, “había una vez” 
Con estrellas de esperanza...
Gotas de supervivencia,
“Había una vez”, Y el mundo no se quedo gris
Por los suspiros atormentados
De los que ya no tienen alma...
Caminaba largos senderos
Las estrellas...eran el destino
De los mortales.
Enseñando lo que “había una vez”
Esta noche ha caído una estrella en mi jardín
¡Transformaba hermosas flores en aves voladoras!.
No sé si llevarla a un museo, si guardarla como un trofeo
Arroyos de hielo en soles
Noches grises en estrellas
En el patio de mi casa han florecido,
Largos inviernos al calor del sol.
Había un hombre rodeado de magia
Una rosa de metal rodeada de soles, de luz
Bañada por un manto de estrellas.
No sé si dejarla tal cual, Si resulta original
O guardarla en un en un libro que he encontrado
Con un papel muy especial, en el que he dibujado
Dos almas atrapadas en la línea del tiempo
Ambos de soledad muriendo,
Cada uno entrelazados y distantes
Allí donde el fuego se cruza, allá donde el valor subsiste
¡En la línea del tiempo atrapando dos almas!


Tan Simple como el silencio

A veces en la noche hay tambores,
No siempre, solo a veces
Tun, tun, tun, rompen el espacio,
Busca mi alma en las hojas y las plumas se reúnen en las ramas,
Sonido que en medio de mi boca, se hace alma
Atrápala entre los siglos
Que está perdida, se arrastra,
Solo cuando la encuentres
Mójala con tu boca y con tus lágrimas
Cuando pasa el miedo,
 Solo cuando Sin sonidos sobre los besos
En esos momentos con los ojos abiertos en la espesura de la noche,
Encontraras que soy tan simple como el silencio.
Libre de toda complicación innecesaria
Y ahora mi vida es sencilla y plena.
Así de simple.

Disfruté del desayuno


Voy a empezar contigo el desayuno.
Cada mañana me gustas cuando dices tonterías,
Con tu sonrisa ausente, cuando metes la pata, cuando mientes,
Imagino que despiertas me cubres de besos o cuando eres feliz y se te nota,
o cuando eres genial con una frase, Con tu boca de rosa extraviada,
O cuando me perdonas un olvido, Pero aún me gustas más, tanto que casi
no puedo resistir lo que me gustas, con  la brisa de la mañana,
cuando, llena de vida, te despiertas y lo primero que haces es decirme:
“Pienso que hueles a jazmines”.

Tengo un hambre feroz esta mañana,  cada despertar me desato
De tus abrazos que no encuentro, abro los ojos, lento
Dejando que los rayos del sol, cada amanecer te busquen
Entre las sombras que nacen, con la suavidad de un beso
Y te busquen Y disfruto del desayuno, junto conmigo
De la mezcla de cedrón y café, de que cada movimiento
Sea un simple transformar de la nostalgia, ¡disfrute del desayuno!.
 Usted.
 Y aunque ahora sea de noche
Y no amanezca todavía
Y aunque no huela a flores ni a café
Nunca deje de ser, usted.

 "El Momento de Callar”
     
 
Cuando se acabe la guerra,
Volveré en presencia de mis monstros,
Desordenado, confundido.
Cuando se acabe la guerra.
Usaré ropas que no conozco,
Cuando se acabe la guerra
No sabré cuando es el momento de callar.
Cuando se acabe la guerra,
No tendré manos para tocarte.
Cuando se acabe la guerra.
Conoceré por fin tu olor.

 
CORTE DE PLUMA

 

AGUA EN VASIJA DE BARRO
 Imaginarme un segundo antes.
Someter mis armas de conquista a tus bosques estelares,
Beber de tu agua en nuestra cama,
Donde recorrerán mis manos los ríos de tu cuerpo.

Cuando llegará el momento en que mi saliva se acabe y mi boca se seque,
De la forma más suavemente brutal, salvaje como un niño indio, y así:
Hacerte el amor sobre la tierra.

Al punto de tierra untada, negra y viva, suelta y hecha barro.
Quiero llegar donde mi lengua tocará tu piel.
Donde mis ojos se perderán por un instante.
Para calmar la angustia de tenerte,
Para calmar la excitación del barro.

Hacerte el amor ahora, con amor, sin amor, de cualquier forma,
Hacerme agua, en vasija de barro, recibir el esquema de tus entrañas;
Olerte, saborearte, medirte.

Te quiero tomar en cualquier parte
Empecemos con lo nuestro. ¡Pero respóndeme!
¿A qué sabrá hoy tu agua en vasija de barro?
Quizá a sur o a la frontera, ven te pido hoy
¡Tan solo ven, y hagamos el amor!.

 HOY LLUEVE
 Se abren mis brazos a tu ausencia,
Una proclama
Una liturgia,
Un  pequeño desliz.

Como diente de león medido al toque del viento,
Te proclamo aventura en mi casa.

Mis momentos de desvelo.
¡Mis felices momentos!.
Olvidaré los felices momentos de desvelo

Para renacer con tu te quiero.
Bajo la lluvia, mojados... hoy llueve.
 
ENTRE EL CONTAGIO Y LA MELANCOLIA

Sería proclivemente agradable abrazar
Y contagiar a todo el mundo, con una
Plaga de honestidad;
Pero claro, siempre está quien no se deja
Contagiar; quien se cree superior, y me
Dedica un bendito silencio,
E incluso una oración.

Pobre hombre en abandono,
Necio que escondido en las esquinas de un escritorio,
ríe equivocadamente,
Y no hace nada por dejar de reír.

Todavía quedan pendientes entre mis brazos
El estrecho reducto de la melancolía,
Y no pienso abandonarlo.

JUGANDO A DOS BANDAS

Tonta, déjate soñar
Te hablé de mares, y costas, y me anclaste a tu vientre.
Te hablé de una orilla nueva, e  indómita por conquistar
Y plegaste mis velas al mástil de tu cuerpo.

Porque es triste palpar  ahora la costa de mis viajes
¿Si no es tu espalda la que puedo arañar?.

Porque es inútil la libertad, ¡si tú la juegas a dos bandas!

Porque quieres acompañar mi perdido goce,
Y practicar conmigo, ¡juegos inocuos en la noche!
Que libertad  si soy una crisálida,
Y me dejas caminar por tu casa
Como cruz sostenida en el vértigo,
Al instante mismo de un rosario.

HACE TANTO FRIO EL DESEO
Te pregunte alguna vez
¿Que el vaso del café de la mañana estaba aun caliente?
Afuera en el espejo
Un vapor se hila, lento como el hielo
Pero constante y firme hasta enfriar
El reflejo claro de nuestras almas.
Totalmente lleno
Insoportablemente vacío
Contagiosamente helado.
Solo yo sabía la certidumbre
De tanto imaginarlo,
Hoy es un día rojo
Tantas sábanas deshilachadas
 Dos tonos

El resto ¡fantasmas del deseo!.

EL TÉRMINO DEL SILENCIO

Estoy pegado a tí, como mi sombra
Ella se  viste de noche,
Cuando en tus ojos se pegan brillos,
De un horizonte lejano.

En nuestro amor
¡Hoy llueve!
Agua que  cala y enerva.

En tu boca que espera,
Un pensamiento compartido,
Una rodaja de luna,
Cuantas hojas caen,
Y se alfombran de besos
Los verdes campos
De nuestro íntimo Universo.

Hoy no quiero hacer ruido
Y escucho el  poema, que nace
De un sencillo beso
Y termina en silencio.
 LA HOJA
 La hoja es la parte más importante de los vegetales
Puesto que se ocupa de realizar la función clorofílica,
Así como la respiración, así como  el amor.

De tu hoja el haz y envés.

Hoy soy el haz la parte superior de tu hoja,
La línea del destino.

Y tú el envés parte opuesta al haz.
De tu mano; la evidencia inversa del deseo.
¡El libro releído y sin leer!.

Hoy soy, una hoja en tu boca,
¡Una hoja de papel! para escribirte
Como te imagine
  
Reseña Biográfica:
Miguel Alfredo Oviedo Risueño


Miguel Alfredo Oviedo Risueño, nace en la Ciudad de Ipiales (1.960)
Escritor, Poeta, Comunicador Social y Periodista; promotor e investigador social. Ha cursado estudios de Filosofía y Letras, Comunicación Social Periodista de la Asociación Colombiana de Periodista, gestión cultural, Administración Pública y derechos humanos.
A la fecha a publicado varias obras destacando los libros en circulación. “Más allá del Galeras” (1,994). “Sin Agua en el Desierto” (1991), Segunda Edición 2012. ¿Dónde Soñaras Esta Noche? (1.995), Segunda Edición 2012.  Hizo parte del grupo de escritores y académicos del proyecto “Taller Tinta”, con el cual el Departamento de Nariño  participó, como invitado de honor, en la Tercer Encuentro Hispanoamericano de la Poesía, 1994. Ha sido integrante del Taller de Escritores “Poesía Sur”;  en la Ciudad de Ipiales colaborador de varios periódicos y revistas regionales, en especial de la Revista cultural “Canto y Greda” auspiciada por la Academia de Adultos de la Universidad Mariana y El Principado de Liechtenstein.

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