NARRATIVA COLOMBIANA - MÁS ALLÁ DEL GALERAS - MIGUEL ALFREDO OVIEDO RISUEÑO
Más allá del Galeras
Más allá del Galeras, (Miguel Oviedo Risueño -
Colombia). Es un libro de cuentos, narración e historias de nuestra tierra. Su
autor lo ha signado también como recuerdos...
En conjunto, sigue siendo un compendio de fábulas
terrígenas narradas a modo de personajes que se construyen a cada momento y se
eternizan en el tiempo.
Más allá del Galeras obra necesaria en la vida de cualquier lector que seguirá maravillándose con esos trazos de vida que alimentan las páginas de esta obra, clara fuente de inspiración, que se convertirán en tus nuevos aliados gracias a las historias que incluyen: "Un solo recuerdo". "Una noche larga, lluviosa, eterna y misteriosa". "Solo veinte días con mi padre", y. "Más allá del Galeras".
Cuatro historias que
tienen la capacidad para deslumbrar a un lector que devorará de una sola
vez estos relatos cuya extensión no está reñida con el tiempo, el suspenso y,
por supuesto, la inspiración para que también soñemos en mundos disimiles, que
se presentan vividos en esta obra literaria.
“Más allá del Galeras”, narración terrígena, mestiza, bucólica, proclive al delirio visionario, a la devoción por las más picudas alquimias del alma y a la aventura de perderse en atalayas inéditas, atraídas por las nieves cumbres y por el minifundio retador, es prueba del irrevocable anclaje con lo nariñense, con lo pasto, con su reproche milenario y su trova arrebatada.
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Miguel Oviedo Risueño. (Ipiales-Nariño-Colombia 1960) Escritor, Poeta,
comunicador social. Magister en Etnoliteratura de la Universidad de Nariño. Ha
cursado estudios de: Administración Publica y Comunicación Social-Periodista. Publicaciones:
“Sin Agua en el Desierto” Poemas, publicado en 1991; Segunda Edición en 2012. “Más
Allá del Galeras” y otros cuentos, publicada por la DI y la Alcaldía de la Ciudad de Ipiales, en
1994. “¿Dónde Soñaras Esta Noche?”, publicada en 1995; Segunda Edición en 2012.
“Al Morir el Sol Cuentos de Casi en la
Noche. (BuboK Colombia 2011). “Poemas
en punto G. Poemas en punto de Guerra” Publicado por Free-ebooks en 2012. “Vuelo
de Commetta” Cuento infantil publicado
por Autoreseditores en 2013. “Al Morir el Sol Cuentos de Casi en la Noche”
Publicado por BuboK Ediciones en 2014. “La Ventana de las Ocho” Publicado por
Free-ebooks en 2015. “Leticia amaneció Desnuda” Novela publicada por Octavo
Pecado Editorial (Argentina) 2015. “Siempre Llega la Noche” publicado por
Zenocrate – Uniediciones del Grupo Editorial Ibáñez 2017.
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UN SOLO RECUERDO
L
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a luna se asomaba, tras los
negros nubarrones de la noche, y hacía filtrar por entre las rendijas de
pajizas lumbres, su luz blanca y brillante, luz que transformaba en figuras de
leyenda las bocanadas de humo que subían impulsadas por el calor de las brasas
y juguetonas danzaban por entre las paredes del techo.
SOLO
VEINTE DÍAS CON MI PADRE
E
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sa tarde el viento se olvidó de
barrer las calles, las sombras que se adueñaban del día, también demoraron su
entrada triunfal de siglos. Un amarillento sol de los conejos luchaba furioso
por romper con sus rayos las gruesas nubes del ocaso.
Jorge
se levantó tarde. “Se me pegaron las cobijas, le refunfuñó al espejo” y
arrastrando sus cuarenta años se dirigió al lavadero, sus gruesas manos
chapotearon el agua antes de echársela en la cara, se dejó secar su piel mojada
al sol, se alisó el cabello, se miró nuevamente al espejo. Le parecía que había
transcurrido tanto tiempo, al ver reflejado su rostro, cada arruga de su
fruncido ceño, le recordaba las penalidades de sus días. Se calzó sus mejores
botas, se vistió con el mejor de sus trajes y regresó al espejo. Sonrió al
mirarse vestido así.
UNA
NOCHE LARGA, LLUVIOSA,
ETERNA Y MISTERIOSA |
L
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a tristeza de la noche se
reflejaba en el espejo misterioso de los vientos, en forma de tupidos
alfileres, se apiñaba la lluvia cayendo incesante y haciendo aún más palpable
el espejismo de misterio de la tenebrosa noche. La faz de una mancha que
luchaba por abrirse paso entre los nubarrones, no era luna, era simplemente una
idea de ella.
Todo
carecía de realidad, nada pintaba color alguno; miré la calle, una que otra
persona apuraba el paso, cubriendo como pudieran sus cuerpos. Volví a mirar
sobre mi hombro, creo que por segunda vez, en goterones se deshacían mis
cabellos, poco me importaba, traté de encender un cigarrillo pero el agua me lo
impedía. Desvié mi pensamiento tratando de que retornaran mis recuerdos, pero
solamente obtuve tu imagen, pasé mi mano sobre mi cara y me imaginé una tibia
manta cubriendo mi cuerpo.
MÁS ALLA DEL GALERAS
C
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aminando en la languidez del
mundo, rompiendo uno, a uno los temores, desgarrándome a mí mismo contra el
viento, siempre con mi pecho al frente, caminaba hacia la tarde; la cual se me
presentaba como un reflejo raudo antes de la llegada de la noche, ésta
lentamente traía su presencia milenaria acompañada del cántico hecatómbico de
un búho para entregarme con su aliento una mirada de esperanza.
Una bocanada
de humo en el viento sórdido y frío rompió la tradición milenaria del silencio.
¿De dónde provenía ese húmedo calor?, ¿de dónde languidecía en el frío ese
vapor de presencia? Me pregunto si acaso a los tres mil metros de altura en la
oscuridad de la noche ¿se podría vislumbrar la presencia de la vida?; pensaba
que vagaba solitario en la penumbra fría de la noche, pero no, mi cuerpo, mis
nervios, mi mente percibían la presencia de una mirada al acecho, sentía la
presencia de alguien en la maleza oscura de aquel monte.
Encendí
un cerillo, pero la chispeante llama no alcanzó a mostrar su luz, pues el
pegajoso viento no quería que la oscuridad virgen de las montañas fuera
perturbada; como pude y después de algunos intentos encendí una pequeña fogata,
la visión desconocida que me dieron las llamas asustó a mi pensamiento y llenó
mi cuerpo de terror. Mi primer impulso fue coger la funda que guardaba mi
machete, sentir en mis manos el frío acero y protegerme con su semi-seguridad,
que poco a poco envenenaba mi alma al sentir la supremacía del arma en las
manos; pero nada, mis ojos no podían distinguir nada, solamente el sentir de
esa presencia me mascullaba su mirada más allá de mis huesos estremeciendo así
mi sécula interior.
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